Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2012

Postmortem

Mis lágrimas se pueden beber. Soy una fuente inagotable de sueños rotos, de tus mañanas perdidas en mi infinito, de tus caricias, que aún conservo. Soy y me olvido. ¿Dónde estabas mientras me ahogaba, ebria, en tus recuerdos?   ( ¿En otros brazos? ¿Dónde tu vientre, en otros vientres? ¿Dónde, tus labios? ¿En otros labios?) Mis manos están aprendiendo a tocar otros acordes pero siempre, esa música como un letargo que me apaga lentamente. "Nunca sabrás del todo hasta dónde llegaron tus besos". Resumida en unos versos que nunca se cumplieron, apagó las luces, y cerró los ojos para siempre. Hasta que volvió a amanecer, postmortem .  Y así cada día. 

Respiro

Procurando sentirme parte del mundo, he ido reinventándome, haciéndome creer que pertenecía a cosas o a gente. Pero siempre estoy sola conmigo y por mí. Busco excusas para no sentirme tan cerca. Y el buscarlas me da tiempo. Todo el tiempo que me queda por vivir. *** viernes, 6 de enero de 2012 Vals Op. 34, n2 in A m (F. Chopin) Diciembre de 2011 Naufragaba en sus vaivenes cognitivos cuando apareció él: el vals Opus 34 en A m. Ella una vez hizo el amor con aquella pieza para piano y aún echaba de menos sus notas. Las yemas de sus dedos parecían buscarlas en la nada cuando empezó a llorar. Y se dio cuenta de que aún vivía, muy a pesar de haber muerto atropellada por sus pensamientos. Se recordaba bailando al compás del tempo, olvidándose así de que el tiempo se le iba porque de alguna manera, aún mística y desconocida, su corazón se sincronizaba con Chopin en una atmósfera siniestra. Era como si la poseyer

Silenci

Música és tot el que sona (John cage) En Jordi avui no ha volgut tornar a somniar, i el seu piano de fusta envellida roman sota el llum ple de pols que travessa els vidres del finestral. Té la mirada perduda i sembla que ja no hi és, que ha decidit anar-se’n per sempre, que ja no en desitja res més.  Es trobava assegut al llit quan la Carla va entrar interrompint la sonsònia que li atrapava i que li gronxava amb una mena d’onada d’anada sense retorn sobre uns llençols de seda, blancs, imaginaris. La Carla i en Jordi són parella, i amics. Es van conèixer en circumstàncies extraordinàries, gairebé màgiques. Ella patia una tristor insostenible que procurava amagar amb llaunes de cervesa a la vora del mar, i ell passejava per allà amb el seu gos, com de costum. I li va sentir plorant. Aquest va ser el principi. En aquest moment, en Jordi podria haver prosseguit caminant però, en comptes d’això, va parar l’orella. Va fer cas del que li deia el seu cor i es va apropar a la