Vas corriendo...

... a reencontrarte. La esperas con los brazos abiertos al final de la avenida, la has perseguido todo este tiempo, sin saberlo. Has embestido a la Humanidad para llegar a verla. Has peleado, has sudado el alma por cada poro de tu piel, por cada piel de tu pellejo, para que se tope contigo. Esperaste, te desesperaste y volviste a confiar. Ella te veía hundiéndote en la miseria, rompiéndote el cuerpo por darle con la puerta en las narices. Te rompiste por todas partes, te quebraste en mil y un pedazos, y con el crujido de tus vísceras, de tus pasiones al agotarse, de su aliento al extinguirse. Inspiraste el cálido aire de la mañana veraniega, expiraste al anochecer.

Y aún te espero.

Entre sarcófagos, bajo tus pies.

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